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Julián cuenta la leyenda de la laguna de T’Iraqucha

Sobre el blog

Luis Luján Cárdenas
Sociólogo y Periodista, Magíster en Administración, especialista en Comunicación para el Ecodesarrollo, articulista en diversos medios escritos de Perú.
  • Julián cuenta leyenda laguna T’Iraqucha

El mundo andino posee leyendas muy bonitas sobre el agua, que se trasmiten de generación en generación, desde los tiempos inmemoriables de los incas o quizás mucho más antes. Leyendo el Estudio Etnográfico en las comunidades rurales altoandinas: Ccamahuara y Siusa, distrito San Salvador, Calca, Cusco – Perú, encontré un bello testimonio del campesino Julián, quien en una entrevista sobre “Saberes y técnicas ancestrales de reducción de riesgos y adaptación al cambio climático”, cuenta lo que su mamá le contó cuando era niño, sobre la laguna que se halla detrás de su vivienda.

“Mi nombre es Julián Yapu Manutupa nacido en esta Comunidad de Siusa en el año mil novecientos treinta y tres, tengo ochenta y cuatro años de edad, mis padres se llamaban: Sebastián Yapu Qoyo, Andrea Manutupa Victorino, mis abuelos Manuel Yapu Qoyo (quien tenía siete hermanos), Feliciana Victorino Manutupa (tenía dos hermanos Matías y Pascual), y mis tátara abuelos vienen a ser; Mariano Manutupa (provenía de Uqururu), Juliana Mate quienes vienen a ser familia de parte de mi abuelo paterno, y de parte de mi abuela materna es Adrián Manutupa y su hermano Gregorio, ellos son mis abuelos, pero ya no recuerdo las demás generaciones de mis antepasados.

Yo recuerdo todo. Aquí atrás hay una laguna. ¿Cómo se llama esa laguna? La laguna de T’iraqucha. Antes, dice que se llamaba Huch’uy Qusqu. También sobre ese tema mi mamá sabe. ¿Qué te contó? Cuentan que la laguna era una wak’a, que si las personas se acercaban, la laguna salía y se devoraba a las personas.

Trajeron a unos padres e hicieron bendecir, recién la laguna se apaciguó. Esta laguna es bautizada con un quintal de sal. Antes refieren que esta laguna era sallqa (arisco). En este lugar se tenía que fundar el pueblo de Huch’uy Qusqu, inclusive dicen que alrededor de la laguna ya había casas, ya era un pueblo. Cuentan que en este pueblo se celebraba un matrimonio. A este matrimonio había visitado nuestro Taytanchis, y los matrimoniados eran tacaños y al Taytacha convertido en viejito absolutamente nada le habían invitado, ni agua ni comida. “Este es un quñasapa viejo” diciendo ni siquiera lo habían tomado en cuenta, y en eso una mujer compadecida del viejito se le acercó y le convidó comidita, en eso el viejito a la señora le dijo “Corre, escapa de este lugar, anda hacia el frente, pero la consigna es que no debes de mirar por ningún motivo hacia atrás” diciendo “¿Por qué me ha dicho eso?” la señora muy pensativa así se dijo para sí misma. “Escápate” “No te quedes aquí por ningún motivo, pero no debes voltear la mirada hacia atrás” le dijo el viejito. La mujer se fue corriendo hacia el frente de la laguna, y ella curiosa, a pesar de que el viejito le recomendó que no mirase hacia atrás, ella “qué está pasando” diciendo miró hacia atrás, en eso el pueblo con toda la gente y con todas las casas estaba siendo completamente cubierto por agua, hundiéndose en agua y esta mujer en ese instante se había convertido en un encanto.

Por eso, allá al frente de la laguna hay un encanto, una roca que parece ser siempre una mujer en posición de sentada. El viejito era nuestro Taytacha. Por eso mi mamá me decía “A veces puede llegar a nuestro pueblo, a nuestras casas, un viejito, ese viejito puede ser nuestro Señor convertido en viejito, por eso, así sea un viejito quñasapa siempre se le debe de convidarle comida, si no lo haces, fácilmente te puede pasar algún castigo” diciendo me advertía mi madre. Por no invitar, atenderlo al viejito ese pueblo con toda la gente fue devorada por el agua. Esa es la laguna de T’iraqucha. El agua salió de la misma laguna y lo había devorado la laguna al pueblo con toda la gente.

Algunos, cuando se refieren a la laguna, le dicen “Wiraqucha”, y otros “T’iraqucha” yo le digo Wiraqucha. Desde esa fecha dicen que el agua de la laguna sale en alcance de las personas hasta la cima de aquel cerro para poder devorarlas. Aquella laguna antes era arisca. Cuentan también, que en una oportunidad pasaba un arriero que llevaba cargas de sal y a esta persona conjuntamente que sus burros cargados de sal alcanzándola cerro arriba lo había devorado. Esta laguna era arisca. Esta historia me contó mi mamá. Seguramente mi mamá no ha visto lo que hacía la laguna, a ella también le habría contado su mamá y a ella su mamá y así sucesivamente.

Ahora, por ejemplo, esta historia he contado a mis hijos y ellos también contarán a sus hijos y ellos a sus hijos y así sucesivamente. ¿Ahora se puede ver esa mujer encantada? Sí se puede ver. Está allá al frente. Inclusive en el lugar la paja está crecida. ¿Allá al frente hay una roca?, ¿cómo se llama? Ah, estarán diciendo warmi saya. ¿Y tiene historia? Ese lugar se llama Uqururu. No sé la historia de Uqururu, tal vez las personas mayores conocen la historia de Uqururu. Yo no sé. Yo puedo contarte lo que sé nada más. Esa laguna se represó ya después cuando bendijo el padre. Actualmente, cuando pasas por la ribera de la laguna, las olas se levantan como queriendo alcanzarte.

Texto extraído de “Saberes y técnicas ancestrales de reducción de riesgos y adaptación al cambio climático” (PREDES, 2018)